DECADENCIA DEL MANUAL DE CARREÑO
Publicado el 01/Abril/1996 | 00:00
Especial para HOY QUITO. 1 abr 96.
Los textos de urbanidad y buenas costumbres, se publicaron en Europa desde el siglo XV hasta el siglo XVIII en una primera oleada ascendente. Sobre todo se escribieron en Francia e Inglaterra, y eran manuales de enseñanza de las costumbres civilizadas. En esos libros, se proponían maneras de mesa, rituales de cortesía, reglas de higiene corporal y normas de comportamiento personal.
El como esos manuales -que alcanzaron versiones más perfeccionadas en el siglo XIX- llegaron a América, es algo que no se conoce con claridad. El "Manual de Urbanidad y Buenas Maneras" de Manuel Carreño (1812-1874), un diplomático venezolano, podría ser la originalidad de la copia, en el sentido que fue una adaptación de ideas y contenidos europeos de antiguo regimen al nivel civilizatorio de América Latina.
Un "Compendio del Manual de urbanidad y buenas maneras" de Carreño fue elegido para la enseñanza en las escuelas y editado en Quito hacia 1865. Así mismo hay constancia de otras ediciones en México y Puerto Rico en el siglo pasado.
Las ideas básicas que sostiene Carreño giran alrededor de la familia, Dios y la Patria como sustentos morales. Aquí estaría básicamente una ideología del orden social y sus fundamentos.
Igualmente proporcionó un repertorio de contenidos para discursos morales con fórmulas retóricas sobre la familia y la sociedad.
La función principal cumplida por el Manual de Carreño entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, fue la culturización y uniformización de costumbres de las aristocracias andinas y el patriciado antillano. De allí se filtró hacia las clases medias mediante el sistema escolar, el contacto y "roce" social . ¿Fue asimilado por las clases populares? Quien sabe.
Modernidad y buenas costumbres
La paradoja de una sociedad estamental como fue la sociedad ecuatoriana hasta hace pocas décadas, era el contacto físico cotidiano cercano y una tenaz distancia social. Se imponían formas de trato que se dirigen de arriba hacia abajo. Para el de arriba, el orden parecía natural, y para el de abajo, puede haber una sensación de opresión que sin embargo pudo ser vivida con resignación. Por extraño que parezca, la cortesía y los rituales de las relaciones interpersonales, reforzaban la distancia social.
Según Carreño, hay que saber respetar y mantener las jerarquías."Las atenciones y miramientos que debemos a los demás no pueden usarse de una manera igual con todas las personas indistintamente. La urbanidad estima en mucho las categorías establecidas por la naturaleza, la sociedad y el mismo Dios; así es que obliga a dar preferencia a unas personas sobre otras, según es su edad, el predicamento de que gozan, el rango que ocupan, la autoridad que ejercen y el carácter de que están investidas".
Los fundamentos patriarcales de la familia y la sociedad, tenían el ideal de un orden donde la moral pública y privada se hallaban teñidas del respeto, la cortesía, la caballerosidad. Conductas y gestos que expresan la pertinencia a la sociedad con el decoro y la conservación de las apariencias. Como contrapartida se penaliza lo vulgar, lo incivilizado y lo inculto. Por eso, el Manual de Carreño evidencia las relaciones existentes entre la "modernidad" y las buenas costumbres.
Los procesos de urbanización, aniquilan lo que fue una sociedad y ambientes que se basaban en contactos cercanos. Frases como "ya nadie saluda", "ya nadie es amable", "no hay respeto", se escuchan como quejas de un pasado culto perdido.
Se produce una decadencia del Manual de Carreño cuando ya no hay referencias previas y memoria sobre las "buenas costumbres" y los viejos preceptos morales. En su lugar aparece la propaganda audiovisual para restituir un sentido de moral y costumbres públicas. Así, empieza otra vez el aprendizaje de las buenas maneras de modo posmoderno. (DIARIO HOY) (P. 6-B)
Hora GMT: // - 19:00 Autor: Por Hernán Ibarra
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